jueves, 14 de abril de 2011
El primer desamor
¡¿Pero qué tipo de desenlace es éste?! –exclamaba el pequeño Luis, mientras despellejaba, cual voraz hiena, la fachada y el reverso del desarmado e indefenso tomo. Una tormenta de indolentes páginas se avecinaba sobre él, mansamente. Y, sobre las que yacían ya, inertes bajo su silueta: las lágrimas del niño.
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