Nos hemos separado hace dos meses pero tenemos que seguir viviendo juntos. Cosas de las hipotecas sin pagar.
Es una situación extraña.
La verdad es que tiene su morbo dividir la casa en dos y poder seguir insultándonos cada día, teniendo mucho cuidado de no pisar el trozo de piso del otro, claro. La línea roja del suelo es como una muralla transparente.
Lo malo es que me tengo que lavar en el fregadero de la cocina. Creo que ella enfría las cervezas en el bidé.
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