viernes, 1 de abril de 2011
Miradas y Sonrisas,
Cuando miré, ella me sonreía con gesto pícaro. Vaya. Había pasado un buen rato derrochado encanto para atraer la atención del joven sentado a su derecha y ahora es ella quien me devuelve el cumplido. Se lleva el vaso a los labios, los humedece a conciencia y levanta el cristal hacia mí en un brindis ceremonial mientras su compañero pela una almendra indiferente. Tiene un novio ciertamente guapo. Fijo los ojos en mi cerveza e intento disimular el embarazo. Ay. Ella insiste y me muestra una dentadura perfecta en lo que sobrepasa con mucho una sonrisa de compromiso. Con un gesto me invita a salir del bar. Uff.
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