Juan quería dejar de fumar y amar y ser amado, así que para matar dos pájaros de un tiro se sacó una novia fumadora por si sus besos de nicotina le quitaban el vicio del cigarro.
La chica resultó ser insoportable e increíblemente celosa, y en una última discusión acalorada se mandaron recíprocamente a tomar viento.
- Yo no soy esclavo de nadie- le espetó Juan con desprecio. Acto seguido enchufó un Lucky Strike.
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