Se sentía feo y sin suerte y pensó que lo mejor era inventar historias.
Escribía y creía en lo que escribía, imaginaba su nueva vida a través de un bolígrafo.
Dejó de ir a trabajar, dejó de comer y dormir.
Ahora tenía su vida deseada de hombre guapo donde las mujeres le adulaban, comía en los mejores restaurantes, dormía en los mejores colchones.
Pero le pilló con el último bolígrafo buceando a pulmón, no le dio tiempo a comprar otro, se ahogó.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario