El pintor dio los últimos retoques al cuadro. Era su obra maestra. Había estado trabajando en ella más de diez años, y por fin, consiguió culminar aquella maravillosa obra de arte. Le puso el título de “Vida”, y en ella plasmaba lo que representaba la vida en sí, atrapando la quintaesencia de la vida, de la sociedad, del mundo en general. Su pincel había sabido captar toda la idiosincrasia de la vida…
Cuando dio por finalizado el lienzo, dejó su paleta junto al caballete, se apartó unos pasos para mirarla y admirarla mejor, y sus ojos se le llenaron de lágrimas.
Se dirigió a la mesa del estudio, abrió un cajón, cogió su pequeño revólver y se quitó la vida…
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