Santa Claus, agotado después de la noche más larga del año, llegó a su casa casi muriendo de hambre. Junto con su esposa, preparó la cena al fuego de la chimenea.
La carne era dura. Sabía bastante mal. Aunque no tanto como la carne de reno.
Por Aurelio
miércoles, 7 de marzo de 2012
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