Desliza sus dedos por el rostro de la figura muy despacio, con delicadeza y mimo. Después toma entre sus manos un fino paño de lino y con la misma parsimonia repite el gesto que hiciera con sus dedos. Mientras devuelve la fina pieza a su lugar vislumbro una lágrima recorriendo su rostro, la aparta con decisión y rabia, como si su contacto la agrediera.
Sólo lleva una semana en casa, es rumana y sabemos poco de su vida. Es muy joven y alegre: siempre está canturreando mientras trabaja. Busco la figura que le arrancó dolor y rabia: es una miniatura de LA MATERNIDAD de Botero
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