Regresar a las Grandes Llanuras en plena noche de luna llena con
lobos aullando detrás de tus talones no es fácil. Sobretodo si eres
presa apetecible para uno de ellos. Que sea ésta la única
oportunidad que tengas en mucho tiempo, una cuestión vital.
Los
Girantosaurus de la era lo tenían tan claro que dejaban los huevos
en los nidos y se largaban cuanto antes, al lado de las laderas para
correr ellos y que corriesen sus criaturas al nacer.
La temperatura y la vegetación de la zona hacían que lobos y
girantosaurus tuvieran que convivir en un mismo ecosistema en el que
tener que luchar por la supervivencia de la especie. Hasta que vino
una era glacial en que todo cambió y nada más se supo de del
girantosaurus y sus crías.
Rakel2005
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