La luna volvía asomarse nuevamente entre las montañas.
Su luz resplandecía en la habitación dejando entrever en penumbra todo lo que hay en su interior: La cama, dejando al descubierto que me espera para descansar y darme fuerzas para el nuevo día; la mesa, llena de montañas de papeles de apariencia no importante y mi especial pluma de tinta oscura.
Estoy cansado de vivir en esta cárcel ficticia; anhelo ser libre y volar como los pájaros que veo todas las mañanas atreves de mi ventana.
Tan solo puede verme el resplandor de la luna que ilumina cada noche mi habitación, ella es la única luz que veré hasta que pueda salir de esta cárcel que yo solo me he creado.
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