martes, 27 de marzo de 2012
Aterrizaje
Desperté, llegaba a Madrid. Mi primer pensamiento fue para ti, te lo juro. Recordé el congreso, cómo me mirabas, tus ojos de color miel, tus manos tocando las mías, tus abrazos... pero, sobre todo, se repetía en mi cabeza esa imagen en la que me decías "¿ahora qué, me paro y le beso?"
Me juraste que era enamoramiento, que tu admiración por mi te sobrepasaba, que irías donde te pidiera, que no te importaba que yo estuviera casado y que tuviera dos hijos, "la felicidad no sabe contar".
Aterricé y Bogotá quedó lejos, mi amor por ti se mantuvo, y te aseguro que te deseo casi siempre. Sin embargo, nunca hice nada por buscarte, nunca tuve la valentía necesaria.
Tu pirata
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