Sonó el timbre y Mercedes contestó el telefonillo:
¿Quién es? (Preguntó Mercedes).
Soy yo mamá, tu hija.
¿Mi hija Sofía? (Ella abrió la puerta para que subiera, Sofía subió enseguida y abrazó a su madre fuertemente).
Mamá perdóname, se que te he ofendido en el pasado, pero con la crisis, desde hace casi dos años, he estado sin trabajo, ya he cobrado todo el paro que me correspondía, todos mis amigos se me han ido, he venido porque eres mi única y última esperanza, mamá.
Hija mía, perdóname también, desde que murió tu padre he estado muy sola, gracias a esta crisis que te ha hecho volver, no quiero que te vayas nunca más, te quiero.
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