Hoy, al salir de mi ducha matutina, mientras me secaba, vi un corte en mi pierna. Pero no salía sangre, sino aceite, y no me dolía. Luego tomé un café que no me sabía a nada ni llenaba ningún hueco. A pesar de estar lloviendo, y de lo friolera que soy, me fui a la calle en manga corta, porque mi piel no reclamaba abrigo. Mis pulmones no pedían humo, y no me asaltaron ideas suicidas ni desesperadas, ni asesinas ni nostálgicas.
Ahora no siento ni padezco. No paso hambre ni sed, ni frío ni calor. Hago las cosas mecánicamente, y nunca me canso. Me cuesta coger los chistes y no necesito ni una caricia.
Soy un robot.
S 7 G
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