- El infierno no existe.
- Sí existe -me contradijo -, existe en este mundo terrenal. Observa a tu alrededor
Observé. Estaba dentro de un cuarto de cuatro paredes.
Fuera, pasaba un carrito llevado por un caballo en un terrible estado, acarreando toneladas de basura.
- ¿Qué me dices del cielo? -pregunté esperanzado.
- También. Es cuestión de construirlo.
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