Un posillo de café cargado para quitar el sueño. Exuda mi destino de hembra mientras se hielan las paredes del alma.
Nada tiene que ver con el amor y me duele hasta en las uñas, mientras mi espalda se apoya en una esquina.
La vida persiste como si nada, mientras los faros bajan la luz y la portezuela se abre como una negra boca de infierno.
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