- ¿Estás seguro?. A partir de aquí no hay vuelta atrás.
El hombre miró cohibido los ojos rojos, ardientes. Inspiró fuerte y contrajo el rostro.
- Ya lo sé. No siga. No hay vuelta atrás. ¡Vamos!.
- Es un precio muy alto...
- Creo que no. Compro algo mucho más valioso...
- No lo entiendo, Ramiro. El crío llegó mucho peor. El padre parecía sano y, en dos semanas, el tratamiento sólo está actuando en el chaval.
Ramiro López, adjunto de Oncología, levantó un instante la mirada de la carpeta con el historial hacia los ojos de su jefa, la Doctora Milagros Andúrez.
- Cualquiera diría – añadió la oncóloga – que el diablo les hubiera intercambiado la enfermedad...
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