-Papá no me dejes. Quiero que me lleves contigo. El hombre que está con mamá me pega. A mamá también le pega.
-No puedo llevarte hijo. Pero quedate tranquilo. Ese hombre no te pegará nunca más. Ni a ti , ni a tu mamá.
Y las palabras de su hijo le llegaban constantemente. “Me pega. A mamá también le pega”.
“Hijo, ese hombre nunca más te golpeará. Ni a ti, ni a tu madre que es la mujer que aún sigo amando. Aunque tenga que morirme en la cárcel, ¡Nunca más los golpeará!”
Cuando cargó su revolver, se cercioró de su perfecto funcionamiento y salió dispuesto a cumplir su promesa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario