A oscuras soy otra persona. Derrotado por el miedo y el olvido, escondiendo mi
tedio en la rutina, dibujando mis sombras tras la tuya, sin luz.
Pero cuando al miedo impongo mi voluntad, y avanzo dejando atrás el ruido de mis pasos, y olvido que no hay luz, ni sombras; entonces vuelvo a ser yo.
Y me levanto para ver brillar la vida, y vuelvo a reír, y a amar, e intuyo el paso de tus caderas.
Vuelvo, en fin, a la vida.
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