jueves, 15 de abril de 2010
INMERECIDA VIOLENCIA
Cuando yo era niña el mundo era bonito. Bueno, estaba el franquismo y cosas feas como el hambre. Los hombres hacían regalos a las mujeres, iban a cortejarlas a las rejas y, antes, hubo un tal Romeo enfrentándose a su familia por el amor de Julieta. En Verona puede verse un falso balcón por el que trepaba para acariciar sus cabellos. Y Dante, Petrarca, gente buena que se enamoraba y ponía a las señoras en un altar. Hoy eso no existe, sólo hay una violencia inmensa e inmerecida, una gran indefensión. La mujer no vale nada, cualquier mamarracho con sólo el nombre de hombre, puede abofetear, humillar y hasta matar. Y el mundo aún no se ha enterado.
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