viernes, 9 de abril de 2010
EL PINTOR AFICIONADO
Un pintor aficionado viajo al Sur con su maleta de óleos y su nevera portátil. Apostó su caballete en la arena y examinó sus colores, pero eran demasiados y la gama de sus pinturas demasiado pequeña. Decidió entonces pintar los cuerpos de los bañistas, pero su monotonía era de ruleta de juego: los morenos al negro y los rubios al bermejo. Avistó una vela tricolor, gualda, naraja y violeta, pero para cuando consiguió traducir los azules del mar a la tela, el surfista había volado y se escondía del cuadro tras la marea. Desistiendo, el pintor guardó su paleta y se dio un baño; al salir del agua el lienzo apareció teñido de turquesa.
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