¡Espere! ¡No se vaya! Esa voz, es ella, una voz distante y triste desde el pasado. Una voz, un recuerdo lejano que nunca dijo nunca te olvidare. Un instante, mudo, de palabras. Palabras, etéreas palabras que se pierden en un instante; el mar, arena, luna, una mirada, viento salino, alcohol, pausados alientos consumados, una lenta conversación, paseo, nadie, risas perpetuas, silenciosas, dos sombras, lánguidas, orilla, reflejos retraídos, nada, dos cuerpos, temblorosos y granulados, susurros, palabras, siempre te recordare, te querré. Una noche, eres una noche, que me llama, alejándose. Una voz, eterna, difusa, que retorna. ¿Qué hago? ¿Me giro? ¿Sigo? No, no es ella, aquí no. Estas cosas, siempre mueren. Me giro.
Perdone, se le ha caid…
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