viernes, 9 de abril de 2010
JUAN
Los padres de Juan se encargaron durante todo el año de tomar buena nota de aquello que el pequeño quería. Según se acercaba el día de reyes acumulaban un buen montón de juguetes en el altillo. Aquel año ni siquiera les fue necesario leer la carta, pues estaban seguros de que lo tenían todo. Llegado el día, Juan se alzó temprano y comenzó a abrir los regalos. Sin terminar, el niño se levantó y anduvo hasta el sofá, para sentarse justo enfrente del televisor. Se estaban emitiendo unas imágenes de unos niños en un paupérrimo poblado mozambiqueño. El pequeño cruzó los brazos, frunció el ceño y dijo en tono triste: “nunca traen lo que yo les pido”.
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Por desgracia, no todos los niños son así. Me gusta como escribes Rubén. Sigue así.
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