martes, 13 de abril de 2010
SIEMPRE DESPERTAR
Cada mañana inventaba el amanecer. Cada noche descubría, como una creación propia, las estrellas y su mágica luz. El proceso comenzó para Zenón en un despertar en el que las figuras y las sombras se apartaron de sus sueños. Nunca ya mas lo supo, pero había perdido la memoria, y en el resto de sus días, en un viaje sin retorno, la nave de su vida imaginaba surcos sobre el nuevo hielo blanco de los sentidos.
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