Chirucas, unas camperas con pátina, borceguíes de piel vuelta, unas “pisacacas” de la época del pequeño saltamontes, catiuscas, unas flamantes botas de equitación, unas Wellington, botas mejicanas de piel de serpiente, de media caña, botines acharolados….
“Increíble como se puede acumular tanta porquería” Dijo con ternura la madre del gato con botas a punto de agotar su séptima vida…..
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