El día que Tomás no nació, nació un árbol. Y al árbol le nacieron flores y después frutos. Y en las ramas, dentro de un nido, nacieron pajaritos. El único que no nació fue Tomás. Y la vida siguió alegre. Para todos. También para sus padres.
Tomás nunca existió, ni siquiera antes de no nacer. Su madre le vio en sueños y su padre, en algún momento, también le llegó a pensar. Sin embargo eso no es suficiente para nacer. Tomás solo fue la idea de algo que no debía existir, y por eso, a pesar de que pudo haber nacido, no lo hizo. ¿Quién quiere nacer cuando no tiene sentido?
lunes, 12 de abril de 2010
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