Ese tic tac que escuchamos hace rato, me está matando. Intento ponerle contratiempos, redobles o tercetos, pero es demasiado rápido. El tema lo ensayé a un ritmo más lento, pero entonces no camina. Tenemos que grabarlo y no me encuentro.
Concentrado en los cascos dejé que las baquetas siguieran su impulso. Había conseguido relajarme. Al aislarme pude con la canción, las firmas, el éxito y la lluvia de conciertos.
En el garaje, encauzando los problemas a base de aporrear la batería, la pila del mp3 se consumió justo en uno de los solos para recordarme que tenía que ir a trabajar. Otro día seré una estrella.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario