Ella sabrá lo que hace” se dijo Adán al ver a Eva, de reojo, acercándose al controvertido árbol. Lo mismo pensó Sansón al comprobar, medio dormido, que Dalila se aproximaba con unas tijeras; o Prometeo al observar a su esposa Pandora jugueteando con la caja que traía con ella. Incluso el mismísimo Héctor tuvo idéntico pensamiento al ver a Helena subirse al barco junto a su hermano pequeño.
Después de mucho meditar, y con tan ilustres predecesores, mi decisión de hacer de esa frase mi estandarte, en lo que a mi mujer se refiere, pienso que no puede sino hacerme un hueco en la eternidad.
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